Bibliografía: De Miguel V. M., Oteiza M.F., Hemorroides. En: Parrilla P.P., Landa G.J.I. Cirugía AEC. 2º Ed. Madrid: EDITORIAL MÉDICA PANAMERICANA, S.A.; 2010. p. 559-563.
He elegido este libro porque nos habla de las últimas técnicas en cirugía entre ellas en cirugía del aparato digestivo y me he centrado en este tema, hemorroides, porque es una de las partes del trabajo que me corresponden.
TRATAMIENTO QUIRÚRGICO DE LAS HEMORROIDES
Actualmente se considera que las hemorroides son el prolapso de las estructuras del canal anal, debido a la ruptura de las fibras del músculo de Treiz (músculo de la submucosa anal). La prevalencia de la patología hemorroidal es del 5-36%. La mayoría de estas personas va a estar asintomática o a responder a tratamiento conservador ( dieta-modificación del estilo de vida y tratamiento médico, tratamientos instrumentales mediante inyecciones esclerosantes y fotocoagulación). Sólo un 5-10% de estos pacientes requerirá cirugía.
Tratamiento quirúrgico:
Está indicado en pacientes con hemorroides sintomáticas en grado tres y cuatro que no hayan respondido al tratamiento conservador, con patología perianal asociada (fisura, fístula, colgajos cutáneos grandes) y trombosis hemorroidal.
Actualmente existen dos tipos de opciones quirúrgicas: la hemorroidectomía y la hemorroidopexia.
La hemorroidectomía tiene como finalidad eliminar los tejidos enfermos, y puede ser realizada con una gran variedad de técnicas e instrumentos. Los más utilizados son la técnica de Milligan-Morgan (abierto), en la que después después de resecar el anodermo, tejido hemorroidal y mucosa rectal, se deja el defecto de la piel abierto para que cicatrice por segunda intención en 4-8 semanas; y el Ferguson (cerrado), donde se realiza el cierre primario del defecto de la piel.
La hemorroidopexia es una técnica cuya finalidad es la exéresis de la parte del prolapso mucoso y la fijación del mismo en el interior del canal anal, mediante una máquina de autosutura.
Los cuidados postoperatorios de ambas técnicas incluyen la administración de antiinflamatorios y analgésicos y utilizar formadores de heces para conseguir un bolo fecal de menor consistencia.
Las complicaciones del tratamiento quirúrgico son la retención urinaria, la hemorragía inmediata, la estenosis, y la incontinencia. La hemorroidectomía está asociada a dolor postoperatorio.
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