BIBLIOGRAFÍA: Regueiro J.R, López Carrera C. Defectos de la inmunidad: Las inmunodeficiencias. En. Inmunología Biológica y Patología del sistema inmune. 2ª Edición Madrid: Medicina Panamericana .S.A. 1997:100-102.
Elijo este libro porque viene explicado como comienza el contagio del virus en los linfocitos CD4.
SIDA
La replicación del virus de la inmunodeficiencia humana es un proceso activo y dinámico que comienza en la infección aguda y persiste durante el curso completo de la enfermedad por VIH, aún en ausencia de manifestaciones clínicas.
En la primoinfección el virus se disemina e invade muchos tejidos, especialmente el tejido linfoide y, en menor medida, el sistema nervioso. La carga viral en sangre periférica es muy alta y, aproximadamente, 1 de cada 10 ó 100 linfocitos CD4 circulantes están infectados. Aunque en las fases iniciales de la infección la carga viral en tejido linfático puede llegar a ser de 10 a 10.000 veces superior a la circulante, con el tiempo llegan a ser aproximadamente equivalentes. En la fase media o crónica de la infección uno de cada 10.000 linfocitos CD4 circulantes están infectados. El 99% de la infección viral productiva tiene lugar en los linfocitos CD4 activados, mientras el 1% del pool viral restante permanece en un compartimento celular formado por macrófagos y células CD4. Se ha estimado que la vida media de los viriones es muy corta, unas 6 horas, y que el ciclo replicativo completo o tiempo de generación medio es de 2.6 días, con un promedio de producción diaria de 1.000.000.000-10.000.000.000 viriones, de los cuales sólo uno de cada 1.000 es infeccioso, por lo que se ha estimado que el pool viral infeccioso estaría constituido por 1.000.000 partículas. La destrucción del linfocito CD4 es necesaria en el ciclo replicativo del virus, estimándose que el índice de recambio diario (producción destrucción) es de orden de 1.000.000.000 linfocitos CD4, unas 10-100 veces superior al fisiológico. Esta infección continua de los linfocitos CD4 conlleva a su depleción y, en último término, a la aparición de infecciones oportunistas y otras condiciones que definen el SIDA clínicamente, por lo que tanto la carga viral como el recuento de linfocitos CD4 en sangre periférica se consideran no solo marcadores de progresión de la infección sino también el principal objetivo evaluable en los ensayos terapéuticos.
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