Kozier B, Erb G. Integridad de la piel y cuidado de la herida. En: Kozier B, Erb G, Berman A, Zinder S. Fundamentos de Enfermería. Conceptos, proceso y prácticas. Octava ed.Madrid: Pearson; 2008: 903-938
He elegido este libro porque enfoca el tema que estamos tratando (las heridas), desde el punto de vista del proceso enfermero .
Una de las funciones independientes más importantes del personal de enfermería es mantener la integridad de la piel y estimular la curación de las heridas.
Las heridas las podemos clasificar en intencionadas o involuntarias, cerradas o abiertas, limpias, limpias-contaminadas o sucias ( con signos de infección).También se pueden clasificar por su profundidad en heridas de espesor parcial o espesor completo. En función de cómo se adquieren, como incisiones, contusiones, abrasiones, punciones, laceraciones y heridas penetrantes.
La curación de las heridas puede considerarse por el tipo de curación y por las fases de la curación (inflamatoria, proliferativa y de maduración). Las fases son siempre las mismas en todas las heridas pero la velocidad de la curación depende de factores como el tipo de curación, la localización y lugar de la herida y la salud del paciente.
Existen dos tipos de curación de las heridas, que se distinguen por la cantidad de tejido perdido: curación por primera intención (las superficies titulares se han aproximado y no hay pérdida de tejido de granulación y cicatriz) y curación por segunda intención (cuando la herida conlleva una pérdida considerable de tejido y cuyos bordes no pueden o no deben aproximarse). Las heridas que se dejan abiertas unos días para que el edema o la infección se resuelva y se cierran con grapas o suturas, curan por tercera intención.
Las principales complicaciones de la curación de las heridas son la hemorragia, la infección, la dehiscencia y la evisceración, cada una de las cuales identificables por signos y síntomas clínicos específicos.
Valoración de enfermería:
El profesional de enfermería evalúa con frecuencia herida tratadas y heridas sin tratar. Las heridas se valoran mediante inspección visual, palpación, medidas y sentido del olfato. Los datos esenciales para evaluar una herida son el aspecto de la herida, el tamaño, el exudado, la tumefacción, el dolor y la presencia de tubos y drenajes.
Los Diagnóstico de enfermería según la NANDA que se relacionan con los pacientes que tienen heridas cutáneas o tienen riesgos de sufrirlas son: Riesgo de alteración de la integridad de la piel, Alteración de la integridad de la piel, Alteración de la integridad tisular.
Planificación y Ejecución: Los pacientes con alteraciones de la integridad de la piel necesitan objetivos para demostrar la curación de la herida y la recuperación progresiva de la herida y recuperar la integridad de la piel dentro de un periodo específico. Las intervenciones de enfermería para cuidar una herida implican el apoyo de la curación de la herida: mantener la humedad en la herida, proporcionar suficiente hidratación y nutrición, evitar infecciones de la herida y colocación adecuada del paciente. También implica la limpieza, la protección, el relleno y la cobertura de las heridas, así como la aplicación de calor y frío y la colocación de vendas y vendajes.
La Evaluación de la herida es un proceso activo que evalúa la curación.
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