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La infección es la respuesta inflamatoria secundaria a la presencia de microorganismos, es decir es el proceso que produce alteraciones funcionales debido a la presencia de un microorganismo.
Cuando una persona entra en contacto o está expuesta a un patógeno puede desarrollar una infección. Para que un antígeno produzca la infección en su huésped debe atravesar los mecanismos de protección del sistema inmunitario, como los mecanismos de barrera (piel), mucosas, y los elementos del sistema inmune. La pérdida de la integridad cutánea proporciona una puerta de entrada al germen invasor, pero las mucosas suelen ser la vía de entrada más común.
Existen cuatro fases en la patogenia de la infección: adherencia, unión de la bacteria a los receptores de las células; penetración, invasión del epitelio o del tejido submucoso; diseminación por sangre o linfa y producción de daño tisular.
La infección puede estar localizada en un aparato u órgano y después puede entrar en contacto con la sangre (bacteriemia), cuando sólo hay respuesta inmune es infección subclínica. O también pueden afectar a varios órganos o incluso a todo el sistema.
También hay que distinguir entre infección hospitalaria (nosocomial), es decir, adquirida en el medio hospitalario aunque se puede manifestar después de la estancia hospitalaria, o infección extrahospitalaria, cuando ya está presente en el paciente a su ingreso en el hospital.
La respuesta inflamatoria se puede iniciar por cualquier tipo de lesión, calor, frio, irradiación, químicos, traumatismo, lesión inmunológica, neoplasias e infección. Hay dos tipos de inflamaciones, agudas o crónicas.
En la respuesta inflamatoria se producen tres respuestas fisiológicas, la respuesta vascular, la exudado de líquidos y la exudado celular.
Los síntomas cardinales locales de la inflamación son: rubor, -hiperemia debido a la vasodilatación-; calor, -vasodilatación (vasos sanguíneos cercanos a la superficie de la piel)-; tumor, -hinchazón (exudado de líquidos al tejido)-; dolor –irritación química (bradiquinina) de las terminaciones nerviosas y presión del líquido en los tejidos-; y pérdida de la función.
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