Sudy E. Linfomas cutáneos. En: Herane MI, Urbina F. Dermatología II. 1 ed. Santiago, Chile: Publicaciones Técnicas Mediterráneo Ltda.; 2001: 116-118.
LINFOMAS CUTÁNEOS –MICOSIS FUNGOIDE-
Es un linfoma de células T cooperadoras que se origina en la piel. Recibe este nombre debido a la tendencia de formar masas tumorales exofíticas con el aspecto de callampas silvestres.
CLÍNICA
La forma de presentación es por etapas, lentamente progresivas en el tiempo.
Etapa premicótica: el cuadro se sospecha, pero no se puede confirmar. Aparecen manchas eritematosas pruriginosas en la zona proximal de los muslos, glúteos o mamas en mujeres, a las cuales se les hace el diagnóstico de dermatitis inespecífica.
Etapa mancha: es la primera etapa, cuando el diagnóstico del linfoma ya es claro, y la lesión cutánea es una mancha. Las lesiones con el tiempo van comprometiendo cada vez más un área mayor de la superficie corporal. En el linfoma T cutáneo lo característico por ser una neoplasia, es la monoclonalidad.
Etapa placa: corresponde al momento en que las lesiones se engruesan y se hacen palpables. Es en esta etapa cuando el prurito es más intenso, siendo en ocasiones intolerable para el paciente. Las placas pueden ser redondas, ovaladas o arciformes.
Etapa tumoral: en esta etapa aparecen las lesiones exofíticas como callampas; por lo general se originan en placas, pero en un 10% de los casos se originan sobre piel sana. La necrosis y la ulceración de los tumores son comunes, pudiendo ser la puerta de entrada para un proceso séptico.
A pesar de que la histopatología varía según las diferentes etapas, hay algunos elementos característicos que ayudan a realizar el diagnóstico, estos son: epidermotropismo, microabcesos de Pautrier, linfocitos con un halo perinuclear, linfocitos en banda en la dermis papilar y linfocitos con núcleos cerebriformes.
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
Se debe diferenciar la micosis fungoide de la leucemia/linfoma de células T del adulto, la cual está relacionada con el retrovirus HTLV-I que se puede manifestar como una neoplasia o como un cuadro neurológico conocido como paraparesia espástica. Debe sospecharse esta entidad frente a un cuadro clínico con el aspecto de una micosis fungoide, pero de rápida evolución. La serología específica permitirá aclarar el diagnóstico.
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